Santa Cilia

Su estratégica ubicación, entre la orilla del río Aragón, y el camino Jaca-Pamplona, antigua calzada romana reconvertida en Camino de Santiago. Además controlaba el antiguo puente, tradicional paso de los ganados trashumantes.

El núcleo urbano de Santa Cilia, incluye tres poblados o barrios alineados entre la orilla del río Aragón y el Camino de Santiago, frente al puente. Tales poblados o asentamientos tuvieron, sin duda, diferentes orígenes y sucesivas dataciones.

El poblado más antiguo estaba situado junto al camino. Debió ser fundado por campesinos colonizadores, quizás entre los siglos IX-XI, cuando la peregrinación jacobea iniciaba su desarrollo. La antigua ermita de Santiago, situada entre este asentamiento y el camino jacobeo, debió ejercer de parroquial aldeana y también de capilla santiaguista para los peregrinos de paso. La advocación elegida para su iglesia denota que los primeros vecinos también se aplicaron a la asistencia al peregrino.

En el otro extremo, junto al río y al puente, se situaba el poblado eclesiástico. Algunos indicios señalan que el precedente más antiguo de este segundo núcleo pudo ser un antiguo monasteriolo bajo la advocación de Santa Cecilia. Por el vecino puente cruzaba el itinerario procedente de los altos valles, por Siresa y Santa Cilia. En los siglos XII y XIII, el sometimiento de los de Santa Cilia al vasallaje a San Juan de la Peña implicaría la renovación de este barrio: la iglesia de Santa Cecilia (San Salvador) fue fundada o reconstruida en estilo románico; edificaron un palacio para acoger al prior que gestionaba el señorío y almacenar las rentas señoriales; y mejorarían el molino y el puente, arrastrados por las avenidas y reconstruidos en más de una ocasión. Para intentar contener esta furia periódica, comenzarían a construirse los sucesivos diques de contención que aún hoy cumplen esa función.

El tercer barrio de Santa Cilia, alineado en medio de los otros dos, responde a una típica población planificada (repoblación), datada en los siglos XII o XIII, y que buscaba atraer a nuevos vecinos que se convirtiesen en vasallos del nuevo señor, a cambio de un solar edificable, de unos terrenos roturables y de una participación en los recursos comunales.

Integrado en el señorío del monasterio de San Juan de la Peña, Santa Cilia fue convertida en la sede de unos de los prioratos (circunscripción administrativa) con los que el cenobio pinatense organizó la explotación de sus propiedades, el gobierno de sus vasallos y el cuidado de sus feligreses: el Priorato de Santa Cecilia (siglo XIII) acompañado por el primer palacio prioral. El molino vecino sería monopolizado por el nuevo señor, y el puente fiscalizado, tal como hacían los feudales con los recursos y equipamientos de sus villas. Tiempo después, la partición de los bienes eclesiásticos entre monjes y abades llevó a los vasallos de Santa Cilia a depender del señorío de la Clavería pinatense, regida por el monje clavero. Desde entonces, el palacio del Prior sería conocido como palacio del Clavero.

Como elementos ligados a la peregrinación jacobea en Santa Cilia, tenemos:

– ERMITA DE SANTIAGO

La ermita de Santiago o San Décimo, entre el camino jacobeo y el primer núcleo de Santa Cilia, pudo fundarse como capilla aldeana de sus pobladores, entre los siglos IX-XII. O quizás corresponda a la fase posterior, bajo el señorío de San Juan de la Peña, cuando la parroquial se situó en la iglesia de Santa Cecilia. En cualquier caso, esta iglesia fue capilla para viajeros y peregrinos.

– PUENTE DE SANTA CILIA

Junto a la iglesia parroquial y al barrio eclesiástico estaba el antiguo puente medieval, que llego a tener ocho vanos. Era de paso obligado para muchas cabañas de ganado que trashumaban entre el Pirineo y la montaña, siendo uno de los principales nódulos viarios ganaderos. Como en los demás puentes de su época, era obligatorio el pago de peaje a toda persona y ganado que los cruzara, tal y como todavía se hacía a comienzos del siglo XX. Los peregrinos que descendían desde el puerto del Palo, por Siresa y el valle de Hecho, podían cruzar por este puente para integrarse en la ruta principal a Santiago.

– SAN JAIME DE LECUEITA

El tramo del Camino de Santiago, entre Santa Cilia y Samitier, coincidía con la Cabañera Real, y se acompañaba por una iglesia dedicada a la advocación jacobea de San Jaime, sita entre Binacua y Villanovilla (Lardiés): la parroquia de la desaparecida aldea de Lecueita, del señorío de San Juan de la Peña. Los peregrinos encontrarían en ella un lugar donde rendir culto al apóstol.