Sangüesa
EspañaHistoria de Sangüesa
La ciudad y su campiña, siglo XVIII
Manuscrito del Siglo XVIII,
Para salir de la ciudad al campo aún permanecen muros y seis puertas de la antigua murallas. Una estriba sobre el propio puente conduce en línea recta a la puerta de Jaca, ocupando ambas los dos extremos de una vistosa, ancha calle llamada Rúa, que con dificultad se verá otra más lucida, más curiosa ni con más perfección…
A más de la expresada calle mayor hay diez principales con semejanza en igualdad y hermosura, con la exquisita conveniencia de haber en todas admirables pozos de agua salutífera y abundantes para beberse…
Adornan la ciudad variedad de paseos, pero el de Cantolagua es especialísimo recreo, porque a un costado le baña el río Aragón y al otro olivares y huertos de árboles fructíferos y se riegan con zúas y norias, y en frente de estas se descubre una tan grande y desmedida que puede subir el agua cuarenta y ocho pies y medio
Todas las semanas, el jueves, hay feria franca o mercado y en el mes de junio una feria franca de alcabala que dura veinte días.
Baña a los muros el río Aragon. Sus aguas son tan tersas, transparentes y claras, que apenas se hallan otras semejantes.
No hay bosques sino uno que por su pequeñez, lo llaman el Montico, demarcando con rigurosas penas contra el que cortare leña de sus encinos y robles, su hierba y hoja sirven para las vacadas, abundancia de más conejos si los de Cáseda no los exterminaran cavándoles las madrigueras.
Produce este fértil suelo cuantas cosechas puede brindar el más abundante pais. Grande es la cosecha de trigo, incomparablemente mayor la de vino, y componiéndose Navarra de grandes bodegas la de Sangüesa esta reputada por una de las mayores,supliendo con sus licores no sólo las más dilatadas montañas del Reino, sino que su abundancia transciende el abasto de algunos extranjeros.
De las frutas y legumbres de la famosa huerta de la Pastoriza, el Regadío y Ribalagua salen muchas cargas diariamente, no sólo para todos los pueblos que median hasta la capital inclusive, sino a las Cinco Villas de Aragón, ciudad de Jaca y aún más alla. Se sacan de este término 1500 pesos después de abastecida la población.
El decaimiento de la población ha consistido en las repetidas inundaciones y en lo que sufrió en la guerra de Sucesión, y sólo la feracidad del suelo le ha podido resucitar tantas veces.
En el año 1758 se componía esta población de 2624 personas; en el año 1787 ya eran 3006 y en este año de 1798 no son más de 2529, familias 557 y casas 405.
La ciudad a mediados del siglo XIX
En 1849 Madoz recoge en su diccionario que » A Pamplona hay carretera empezadamuchos años ha, que se ha concluido recientemente.»
Siglo XX
1920.
» El carácter de sus habitantes promedia entre ribera y montaña, noble aunque rudo, pero exento de doblez y de hipocresía, hospitalario y generoso, amante de sus tradiciones y consecuente a sus creencias religiosas profundamente arraigadas..»
«J. Altadill. Geografía del País Vasco-Navarro, Provincia de Navarra, Barcelona, 1920)
La vida en el campo a principios del siglo XX
Las ricas y frondosas vegas producen anualmente muchas toneladas de frutas y hortalizas, entre las que sobresale la famosa alubia de Sangüesa. Un 70% de la población vive de la huerta sangüesina.
«…El viñedo se ha repoblado recientemente creciendo cada año la producción vinícola habiéndose instalado una Cooperativa, San Sebastián…»
«…En el mes de diciembre es la recolección de la oliva, que se realiza por mujeres contratadas a jornal..»
..» El maquinismo se ha extendido con profusión entre los labradores sangüesinos, disponiendo de arados modernos, sembradoras, segadoras y trilladoras..»
«…Es curioso y digno de anotarse el contrato de jornal que diariamente estipula el obrero, así como su vida en el día de labor. Cuando en el campanario de la iglesia de Santiago el toque de oración o de Angelus previene a los mortales creyentes el surgimiento de la luz, el trabajador campestre abandona su humilde vivienda, dirigiendo sus pasos primeros al templo donde a la sazón se celebra la misa del Rosario. Es curioso ver después de la misa el conglomerado de gente jornalera que se dirige a la «Esquina de Celedonio», Calle Mayor, donde se estipula el contrato de trabajo, doscientos, trescientos hombres se reúnen en este lugar que bien pudiéramos llamar mercado del trabajo humano, para contratarse por el día solar a realizar el quehacer necesario en el campo. Un vez contratados, marchan a casa del propietario a tomar el aguardiente, fabricado por el propietario con el orujo y residuos vinicos de su cosecha y pan que llevan los peones de su casas…..»
» nadie en Sangüesa es definitivamente rico ni definitivamente pobre. Un estado transitorio, en cuya posible mutualidad iguala a las familias y las hace igualmente respetables, es el predominante.»
(M. Ancil. Monografía de Sangüesa, Pamplona 1943)
«Sangüesa la Vieja» identificada hoy con la localidad de Rocaforte y de la que dan fe numerosos vestigios romanos, desempeñó en el siglo X un importante papel de defensa contra los musulmanes. El gran esplendor que supuso el Camino de Santiago hizo que Sancho Ramírez, rey de Pamplona y Aragón, otorgara el fuero de Jaca hacia 1090 a fin de repoblar Sangüesa estableciéndola como etapa principal en la Ruta Jacobea. Las condiciones del terreno dificultaron la ampliación de la villa por lo que, en 1122, Alfonso I el Batallador extendió el mismo fuero al «burgo nuevo» dando lugar a la actual Sangüesa.
Su posición fronteriza con el Reino de Aragón y, sobre todo, su carácter de escala importante para los peregrinos a Santiago de Compostela, que habían atravesado los Pirineos por el paso de Somport, son los factores históricos que propiciaron su desarrollo.
El plano primitivo del casco antiguo es un magnífico ejemplo de urbanística medieval con un entramado en cuadrícula (una calle principal y otras perpendiculares y paralelas a ésta). La dirección del puente sobre el río Aragón determinó la vía principal, la Rúa Mayor, de oeste a este, y le dió a la villa un carácter itinerante.
Las guerras con Aragón exigieron un cerco defensivo, fortificado de murallas provistas de torreones y enclaves estratégicos para defender los diferentes flancos. Durante el siglo XIII, tras un periodo de paz entre los dos Reinos, se amplió la villa hacia el sur con el Barrio de La Población, incorporando éste posteriormente un nuevo cerco amurallado.
Cabeza de la Merindad del mismo nombre desde el siglo XIII, poseía, además, el título de «Buena Villa» con asiento en Cortes de Navarra y fue en 1665 merecedora del título de «Ciudad».
A pesar de los destrozos causados por las riadas y del paso de los siglos, exhiben sus calles interesantes edificios religiosos y civiles, evocan épocas pasadas de esplendor y le dan a la ciudad un aspecto monumental.
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Albergue de Sangüesa
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